El Espacio de John

Voy tras una foto de John y su compañeros antes de que los borren del mapa. Ese es el plan del Congreso de esta nación que se hará realidad con una ley que prohibe a indigentes, ñeros, vendedores ambulantes, maromeros y etc., etc., permanecer en los semáforos, separadores y demás. Mejor dicho, pueden estar ahí, siempre y cuando se mantengan a 200 metros de los semáforos, las calles y avenidas y, sobre todo, no pidan nada a cambio del servicio que prestan. A partir de este mes será un delito pedir o dar limosnas, ayudas y demás en estas vías y a estas personas.

¿Será que con esta nueva Ley, finalmente, erradican la miseria? No creo, pero por lo menos —se dirán los que odian tener que tropezar con esa cantidad de pobres, feos y mugrosos en las calle— no tendrán que verlos y, según la lógica que impera en el país, lo que no se ve no existe.

Veo a John, por eso aquí le guardo un espacio en el que se le autoriza a "existir", en un tiempo donde ser pobre, tener hambre y vivir en la calle parece resultar insoportable a nuestros legisladores. Intolerable, no para sus sentimientos, sino para su estética de la ciudad. "Qué fea esa gente en las esquinas, cómo deterioran la ciudad". Ese debe ser el pensamiento que acosa sus cerebros, para pretender borrar de un plumazo de la calle y de sus inconciecias a los miserables de esta tierra.

Igual yo veo a John y, aunque me condenen por cometer el delito de compartirle una sonrisa, espero que esté en la esquina, para que no olvidemos nunca que él y millones como él también habitan un país que prefiere "borrarlos" antes que enfrentar su responsabilidad con estos seres HUMANOS.