A QUE TE MATO RATON





La única conclusión que cabe es que para el malicioso

sistema de salud que nos rige,

un paciente con una enfermedad catastrófica, como cáncer,

es más rentable muerto que recibiendo

un tratamiento de alto costo.


Así, como un indefenso ratón a punto de caer en las garras del malévolo gato, se siente uno cuando por tener cáncer acude al sistema de salud colombiano. Recibir el diagnóstico de que se tiene cáncer genera una situación muy dramática, pero tener cáncer y estar sometido a las normas de las Empresas Prestadoras de Salud (EPS) más que problema es una condena —si ellos lo consiguen— a muerte.

La noticia de que se tiene cáncer es devastadora. Produce angustia y miedo en quien es diagnosticado y en todos sus seres queridos. En lo primero que se piensa es en la muerte. Sin embargo, el cáncer es curable si se diagnostica a tiempo.

Eso se entiende cuando el médico explica el estado en que se halla el cáncer y las posibilidades de erradicarlo mediante un tratamiento, muy agresivo, pero eficaz. Es entonces cuando las personas que hemos recibido el diagnóstico de cáncer comprendemos que para ganarle la guerra se requiere:


Actuar con rapidez

Contar con servicios de salud de alta calidad

Recibir un tratamiento prioritario y urgente de parte de las EPS


Porque el cáncer es curable si se diagnostica y SE TRATA a tiempo. De otra manera estamos a un paso de dejar el mundo de los vivos. La necesidad de tratarlo a tiempo, es algo que no toma en consideración el perverso sistema de salud que opera en Colombia y que es al que debemos someternos los pacientes con diagnóstico de cáncer.


La tramitología y obstáculos que ponen muchas de las EPS pueden llevar a un importante número de pacientes con cáncer a desistir de su tratamiento. Lo que se traduce en renunciar a la opción legítima de vida que tiene cualquier persona o, para que lo entendamos mejor, a que el gato gane la pelea.


Un médico de un hospital infantil comentaba que el caso de los niños con cáncer es aberrante, pues tanto padre como madre se ven obligados a dejar sus trabajos para atender las necesidades del hijo. Mientras la mamá acompaña al niño en el hospital el papá se dedica a adelantar el papeleo que demanda conseguir cualquier autorización para su tratamiento. Eso cuando son niños que viven en ciudades grandes porque hay otros, que residen en veredas y municipios lejanos, que quizá nunca alcanzaran a ser atendidos como les corresponde. ¿Quién dará la pelea por ellos para que A TIEMPO se les costee el traslado, estadía y atención médica calificada que demandan?

Y en cuanto a los adultos la cosa no es distinta. Muchas EPS someten a un papeleo interminable, a límites de fechas absurdas para reclamar, solicitar y demás, a quienes recibimos el diagnóstico de cáncer. Como si un paciente con cáncer, por ejemplo de seno, después de una mastectomia total, estuviese en condiciones de presentar peticiones de reembolsos, pago de incapacidad y etc., en los 15 días siguientes a su intervención. ¡Por favor!


Pero esa es la norma: usted tiene 15 días calendario para pedir el reembolso de la prótesis mamaria que debió comprar porque cuando la solicitó a la EPS le dijeron que el estudio se demoraba cinco días hábiles. ¿Cinco días hábiles? Cómo se nota que no es el funcionario que dice eso, siguiendo las instrucciones de la EPS, quien tiene el cáncer. Cinco días, un día, pueden significar la diferencia entre la vida y la muerte para una persona con cáncer. Entonces hay que comprar la prótesis que cuesta un millón ochocientos mil pesos, o no comprarla y quedarse mutilado, porque la urgencia es extraer la mama.


Que la compre no significa que la vayan a reembolsar su valor. La EPS puede negarse a pagar con respuestas que van desde: usted presentó la solicitud después de los 15 días, hasta la EPS no cubre prótesis cosméticas. Y no importa si usted explica, manda derechos de petición, reclamos, lo que quiera, usted perdió la batalla, porque “presentó la solicitud después de los…”, a menos, supongo, que interponga una tutela.


¿Pero quién quiere pensar en tutelas cuando está recibiendo un tratamiento de quimioterapia? Nadie. Mucho menos si para recibir la quimio también debe realizar todo tipo de absurdas gestiones y tramites ante la EPS. La primera vez, por eso, porque se trata de la primera. La segunda, porque usted creyó que como el oncólogo había ordenado desde el primer momento cuatro ciclos de quimioterapia, sería fácil el tramite. Pero se equivocó, ratón, y… corre el riesgo de que no le realicen la quimioterapia en la fecha exacta que indicó el médico. ¿Entiende? Entonces le toca pedir el favor, suplicar, pelear, ir, volver, para conseguir que el día indicado le apliquen su segundo ciclo de quimio, no vaya a ser que el gato logre su propósito.


Cada ciclo de quimio es como si fuera el primero para la EPS, no para el paciente. Si con el primero quedó calvo, en el siguiente probablemente sufra de un dolor muscular que casi le impida caminar, hemorragias en los dedos, ampollas, pérdida del gusto y vómito. Padecimientos que soporta con estoicismo porque se sabe que los medicamentos que producen esa reacción son los que están batallando contra el cáncer, por ello necesita que se los apliquen cada 21 días, como ordenó su médico. Es el día 21, no otro, para asegurar su efectividad, pero… la EPS no lo entiende.


El tercer y cuarto ciclo de quimio pasan igual que el primero respecto a la EPS: hasta último momento hay dificultades para que los autoricen. El sufrimiento es espantoso. Siempre está el argumento de que el Comité Técnico Científico tiene que aprobarlo, que la funcionaria que recibió la solicitud se equivocó, que los papeles no se debían radicar en la sede tal sino en tal otra y, por último, la sugerencia de, ¿por qué no espera y dejamos la quimio para la semana entrante? ¿Qué tal que se tratara de la vida de ellos, la dejarían para la semana entrante? Es que ese gato es muy picarón.

Llegar al último ciclo de quimioterapia es un alivio, más que por la desaparición de los efectos secundarios, porque termina la lucha con la EPS. Por el momento podemos gritar felices ¡ese gato no sirvió! Seguirán los reclamos por el pago de la incapacidad médica, el reembolso de la prótesis, repitiendo que no se usó en una cirugía cosmética y se recibirán, cómo no, las respuestas de siempre. Pero uno podrá respirar tranquilo porque le ganó la sutil condena de muerte a la EPS. Pues la única conclusión que cabe después de esta contienda es que para el malicioso sistema de salud que nos rige, un paciente con una enfermedad catastrófica, como cáncer, es más rentable muerto que recibiendo un tratamiento de alto costo.

De ahí que nuestra lucha incluya, además de retar al cáncer, enfrentar a las EPS y defender el derecho a la vida como un infeliz ratón ante un gato tragón.


Uno se salvó… y ¿los otros? Los que no saben ni pueden dar la pelea ¿dónde están?… Algunos llegan a asociaciones como Ámese donde reciben orientación para enfrentar esta situación, ¿pero los otros? Es por ellos, por ustedes y nosotros que una Ley que garantice la atención inmediata e integral de las personas con cáncer es imprescindible para los colombianos. Al respecto no cabe ninguna excusa.


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Es por ello que Ámese, fundación que apoya a mujeres con enfermedades de seno, está buscando 50.000 firmas de respaldo al Manifiesto Popular Sobre el Cáncer de Seno en Colombia. El plazo para obtenerlas es hasta el 15 DE NOVIEMBRE DE 2009, a la fecha se han reunido 42.000… Le dije esta mañana a Claudia Saa, directora de Ámese, creo que puedo conseguir unas 100… ustedes qué opinan, las podré conseguir? Lo único que tienen que hacer para unirse al Manifiesto es:

Ingresar a la página web de Amese http://www.amesecolombia.com, leer el Manifiesto, descargar el formato para firmar, firmarlo y remitirlo escaneado a amese@etb.net.co ó físicamente a calle 95 # 13-55 of 304, Bogotá, Colombia.